El 15 de enero de 2009, el mundo fue testigo de todo un "Milagro en el Hudson", cuando el Capitán "Sully" (protagonizado por Tom Hanks) deslizó su avión averiado de US Airways sobre las frías aguas del Río Hudson, salvando la vida de los 155 pasajeros a bordo.

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Sin embargo, incluso cuando el público y los medios aclamaban a Sully por su hazaña de aviación sin muertos ni graves consecuencias, los altos empresarios de su compañía criticaron al piloto por haber tomado una mala decisión muy arriesgada para sus pasajeros. Físicos, ingenieros aeronáuticos y economistas desarrollaron una investigación que amenazaba al piloto con destruir su reputación y su carrera de 40 años para siempre.

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Basada en hechos reales, la película (estrenada en 2016) desvela todos aquellos momentos que se vivieron en el momento del aterrizaje: los miedos, reacciones, decisiones, la tensión, el impacto y otras muchas cosas desde el punto de vista de todos los que participaron de una forma u otra, desde el propio piloto hasta desde la mismísima torre de control.

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Además, sorprende que tras la gran hazaña conseguida por este experimentado piloto, muchos se situaran en contra de este y de su copiloto, íntimos amigos. Ambos tuvieron que demostrar que la única opción que tenían en ese momento era aterrizar en aquel rio. Los fallos de dos motores dejaron sin potencia al avión, por lo que se convertía en una misión imposible poder llegar a la pista de aterrizaje. La decisión se tenía que tomar en pocos segundos.

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Sully estaba convencido de que no había otra opción para aterrizar el avión. Pese a todo, como todo ser humano, todo el revuelo y criticas de la prensa le hacían dudar de que igual no estaba en lo cierto, y de que quizá sí que puso en juego la vida de los pasajeros, sin necesidad alguna.

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Todo el proceso dentro del avión duró 3 minutos y 51 segundos. Aquí os dejó la conversación entre los pilotos y la torre de control. En pocas palabras, toda una tragedia que acabó con final feliz: